El otro día, retomando mis clases de clásico entre Fouettes y Piruetas (por cierto, tal era mi empeño que en una de ellas casi acabo estampandome contra el suelo) se acerca mi profesora toda sonriente y orgullosa ella con una foto que llevaba en la mano -¡mirad!-nos dice. Todas nos acercamos con expectación para ver que sorpresa contenía la foto y... sí, sí menuda sorpresa, ya lo creo que lo era. Mientras unas decían: ¡Qué guapa que estas en la foto profe!, otras con ojos de vaca, cara de curiosidad y perplejidad juntas, pegaban ya casi sus narices en la foto como si así consiguieran acertar quien era aquel hombre sonriente que estaba en la foto junto a ella.
yo sorprendida de a quién estaba viendo la suelto: ¿¡Pero tu que haces ahí con Antonio López!?-,las demas se volvieron hacia mí con cara de ¿¿º_º??
-Resulta que vino un día a la escuela para ver a un amigo suyo pintor, me lo presentaron y me hice una foto con él.
-Pues profe eres una suertuda , y la proxima vez que el Sr. Antonio López venga a la escuela, me avisa aunque yo no me conformaría solo con una foto.
Me quedé estupefacta al ver al maestro, viendole en esa foto en ese momento, en ese lugar, mi escuela, lo sentía tan cercano....
Cuando admiro y siento gran pasión por algo o alguien me resulta dificil encontrar las palabras que reflejen exactamente ese sentimiento y esto me pasa ahora con el maestro Antonio López. Adoro a ese hombre, venero al artista y su obra.
Después de la clase pensé en lo curioso del acontecimiento de aquella tarde como un momento casual en el que varias disciplinas artísticas confluyeron a la vez, la danza, la musica y la pintura, fué un momento mágico para mí.
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